«Aves y voces del santuario»: Un viaje místico al Santuario de Hualpén

«Aves y voces del santuario»: Un viaje místico al Santuario de Hualpén

Lo que vimos el viernes en geriatría de «Casa de Salud» no fue solamente el desplante escénico de un octeto vocal femenino, porque ellas trascendieron con creces lo que entendemos por «progresivo» y «experimental». ¿Por qué? Porque más allá de lo técnico o tangible, sus voces nos conectaron con la belleza sonora, visual y material del Santuario de la Naturaleza de Hualpén. Ellxs son «Aves y Voces del Santuario», composiciones corales creadas por Cecilia Gutiérrez y Fernando Matus de la Parra, que nos transportaron a un universo sonoro lleno de belleza y significado.

Cuatro canciones o, más bien, cuatro formas de entender la naturaleza en constante peligro: «Arrullo», «Oleaje», «Santuario» y «Vuelo en V», fueron parte del setlist inicial del espectáculo, homólogo al EP «Aves y Voces del Santuario», disponible en Spotify y otras plataformas de streaming musical. A ratos, también nos encontramos con poesía y también con la dirección orquestal de las voces que integran «Aves…»: @cecinegris, @paulichiiiiii, @rocioarual, @fabiaray, @paulilambert, @salamandraophelia y @coniigato, escudadas por el piano de @edgardocamposseguel y las visuales de @camilosanzanap.

Ellxs nos demostraron que una canción puede transportarnos a estados distintos a simplemente «escuchar sentires ajenos», o escuchar una letra random: aquí la capacidad vocal de las intérpretes está puesta al servicio de la interpretación de la naturaleza, es por eso que escuchamos murmullos, emulaciones de sonidos de aves, del agua, del viento y de todo lo que pudimos ver, en tiempo real, gracias a las visuales dispuestas en el escenario.

Punto aparte fue el público, concentrado en su gran mayoría y exhibiendo una postal atípica para el pleno 2025: pocos brazos levantados con celulares o cámaras fotográficas, obviamente, sin contar a quienes estuvimos cubriendo este show. Los murmullos ajenos eran rápidamente silenciados y el ruido de copas, vasos y utensilios rápidamente pasaba a un último plano.

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