¿Qué se puede agregar, que no hayamos dicho antes, sobre De Vez En Cuando? Es un desafío, cada vez -de las muchas- que tocan en vivo. Su batería infalible de canciones, que combina éxitos y canciones «no tan fáciles de digerir» nunca falla. Por tanto, en primer lugar corresponde mencionar su coherencia sonora a lo largo del tiempo, un tiempo que se acerca prometedoramente a los 6 o 7 años, si no me equivoco.
Eso, a la vez, nos lleva a reconocer que es una de las bandas que -por mérito propio- se mantienen vigentes en la escena, ya que constantemente lanzan y lanzan material, sin negar sus inicios y su disco homónimo -único, hasta la fecha-. Algo básico que se espera de una banda es que toque, esa debiese ser la única coordenada que importa para encontrarles, y en el caso de DVEC se cumple a cabalidad: siempre están tocando.
«Casita llena», o algo así, dijo Manu González (frontman de la banda) en una de sus alocuciones entre canción y canción. Y eso se lo ganaron con creces, constancia y ofreciéndonos la oportunidad de vivir una catarsis emocional que trasciende los límites de un género que, a veces, se imita a si mismo: el indie-rock. DVEC va más allá con canciones como su homónima («De Vez En Cuando»), «El Paso del Tiempo» o un himno de lxs que somos melancólicos y vivimos en Conce por estos meses: «Canción Invierno». Mención especial para «Ruta 160», una canción que -en su versión estudio, disponible en plataformas digitales- es una colaboración con el versátil Ineino.
¿De aquí al REC? Para mi hay, quizás, solo algunas fechas, bares y centros culturales que faltan por recorrer, pero el camino ya está recorrido y consolidado. No tengo voz ni voto en la parrilla del «festival gratuito más grande de Latam», pero yo los incluiría sin dudarlo.