Muestra «Teoría de la Locura» presenta obras de pacientes psiquiátricos

Muestra «Teoría de la Locura» presenta obras de pacientes psiquiátricos

Este martes 9 de septiembre se inauguró la muestra del proyecto «Teoría de la Locura». En la actividad el público pudo encontrarse con las obras de 15 artistas provenientes de la Clínica Neuropsiquiátrica de Hualqui, y también de Francisco Palma y Marcelo Sanhueza, coordinadores del proyecto. La muestra se podrá visitar durante dos meses (entre septiembre y noviembre) y contará con actividades de mediación, que consideran conversatorios y espacios de relación entre los públicos y los contenidos de la muestra.

«Teoría de la Locura»: la trastienda

Durante este año, 15 usuarios de la Clínica Neuropsiquiátrica de Hualqui (de un total de 50) vivieron -de manera individual y colectiva- la práctica artística como modo de expresión de sus subjetividades, un carácter que puede ser normalmente atribuible al ejercicio artístico pero que allí toma particular valor al comprender el contexto de aislamiento de la sociedad, en una especie de heterotopía, habitando (ellas y ellos) otros confines cotidianos y otros mundos.

El desarrollo del proyecto, ha implicado el paso por procesos de socialización, relaciones afectivas y construcción de lazos -entre los usuarios y el equipo-. Esto ha producido torceduras en eso que se cree «patológico» y que sitúa a esta otredad en un margen social, dándole nuevos significados a lo que llamamos juicio o razón.

Así, la presentación de estas obras busca torcer los significados de eso que se cree es la locura, para evidenciar mundos internos provistos de texturas, colores, gestos y temas que nos permiten ver por la pequeña cerradura de una puerta, en ese atrincherado mundo interno que remite a sentires, recuerdos, risas y sufrimientos subjetivos para intentar sanar nuestra propia realidad.

Las voces tras el proyecto

Francisco Palma, director del proyecto, señala que como primera idea «hay una necesidad de «oponerse», podría ser, a los espacios de encierro donde solo existe sillón y tele. También es importante oponerse a esa idea de la sociedad que es discapacitante, entonces el arte como terapia funciona como un canal. Porque solo le permiten esa forma, como si su obra no valiera lo del resto, en relación a otros artsitas. Solo se posibilita ahí en la forma terapéutica que además ni siquiera se exhibe en circuitos de arte”.

Por su parte, Marcelo Sanhueza, también parte del proyecto, menciona la importancia de este en el contexto local: “Hay dos cosas que son muy importantes en la forma en que este taller afecta a los usuarios y artistas. Lo primero, es que una persona al sentirse artista se valida su diferencia (el artista puede ser extravagante, excéntrico) eso hace que su condición sea más sobre llevable e influya en grados de recuperación de diversos niveles».

Agrega que «la expresión es con medios de colores de excelente calidad, los colores son muy intensos, eso redunda en una creación pictórica que liga una historia vital de forma más expresiva (eso tal vez me cuesta explicarlo), pero es como ver por primera vez pinturas del expresionismo alemán, los colores son casi primarios y muy intensos, lo que refleja de manera muy potente el estado interno de los autores)».

Los artistas son: Alejandro Pedreros Ramos, Angelica Ceballos Ceballos, Cecilia Figueroa Gutiérrez, Fernando Lagos Neira, Francisco Beltrán Sepúlveda, Jorge Gómez Peña, Manuel Mejías de la Fuente, Natacha Alarcón Ramirez, Teresa Ceballos, Víctor Sáez Rivera, José Mardones Castillo, Rene López Gutiérre, Leonardo Palma, Francisco Palma Matamala y Marcelo Sanhueza Vallejos.

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