El Bar Crápula se convirtió en el escenario perfecto para una noche cargada de emociones, donde la banda De Vez en Cuando ofreció un espectáculo íntimo y vibrante. La calidez del espacio y la energía del público crearon una atmósfera única, potenciando la conexión entre los músicos y sus seguidores. Desde temprano, el bar comenzó a llenarse de asistentes que, a pesar de ser martes, no quisieron perderse la oportunidad de presenciar en vivo a la agrupación penquista. Contra todo pronóstico, el lugar estaba repleto, con una audiencia expectante y entusiasta.
Desde el primer acorde, De Vez en Cuando logró captar la atención del público, que respondió con una entrega total, coreando cada canción con fervor. La banda presentó un sonido sólido y bien equilibrado, en el que se mezclaban influencias del rock alternativo y el indie. Las guitarras, con efectos de reverb y delay, creaban atmósferas envolventes, mientras el bajo aportaba profundidad y dinamismo. Por otro parte la batería, precisa y contundente, guiaba el ritmo con cambios sutiles de intensidad que realzaban cada matiz emocional de las canciones.
Uno de los momentos más memorables del show fue la interpretación de “Ruta 160”, la cuarta canción de la noche. Esta balada, que fusiona elementos característicos del rock y el indie, se convirtió en un punto alto del concierto. Lanzada en septiembre de 2024 en colaboración con el proyecto musical Ineino, la canción captura la esencia de un viaje por la Ruta 160, carretera que conecta diversas comunas del Gran Concepción. Su estructura musical destaca por una progresión armónica melancólica, donde las guitarras limpias y los arpegios dan paso a un crescendo emocional. La interpretación vocal fue particularmente conmovedora, con un uso expresivo de los matices y una entonación que transmitía nostalgia y anhelo.
La ovación del público no se hizo esperar. Entre aplausos y gritos de emoción, la audiencia demostró su entusiasmo desde el inicio hasta el final del show. Cada pausa entre canciones era aprovechada para vitorear el nombre de la banda, generando un ambiente de cercanía y celebración. El público no solo cantaba, sino que también registraba el momento con sus teléfonos, capturando fragmentos del concierto para compartirlos en redes sociales. La energía de la noche quedó inmortalizada en innumerables videos, reflejando la euforia y la entrega de los asistentes.
Cuando la banda se despidió, los gritos de “otra, otra” resonaron en el bar, dejando en claro que el público quería más. De Vez en Cuando respondió con gratitud, entregando un cierre a la altura de la velada. La conexión entre la banda y sus seguidores fue evidente, consolidando su posición como una de las bandas más prometedoras de la escena local.
